Ya van a cumplirse siete años de lucha incansable contra la impunidad. Nos enfrentamos a la justicia que decía que “era peligroso cuestionar el accionar policial”, que Salmo, el policía que me disparó, actuó “en cumplimiento del deber” y todo tipo de eufemismos con los que justificaban el accionar del gatillo fácil y que la ganancia de una multinacional vale más que la vida de una persona. Tuvimos situaciones difíciles cuando a caballo de la inseguridad surgieron los Blumberg que establecieron un “sentido común” que avalaba la represión y el gobierno K tomaba parte de su agenda dejando un nuevo tendal de pibes asesinados. Sin embargo seguimos adelante junto con otros familiares, organizaciones de trabajadores, estudiantiles y de derechos humanos, convencidos de que se trata de una lucha que tenemos que llevar adelante junto con los trabajadores y el pueblo en forma independiente del gobierno y el Estado. En este sentido, este fallo es un logro importante en la lucha contra la impunidad.

Pero tenemos que seguir alerta y movilizados, tanto porque Marcelo Peña, el abogado de Salmo que hace poco también defendió al genocida Von Wernich, ya apeló el caso a la Suprema Corte de Justicia bonaerense, como porque siguen en la impunidad miles de casos más, sigue el gatillo fácil, 9.000 policías bonaerenses de la dictadura continúan en actividad, López sigue sin aparecer y la represión estatal se está extendiendo fundamentalmente sobre los trabajadores que luchan por sus legítimos derechos como estamos viendo con los obreros de Mafissa. En este sentido, y a partir de este nuevo paso producto de la lucha, llamamos a los familiares de víctimas de la represión, a los organismos de derechos humanos como la CORREPI , que vienen de sufrir una agresión en la persona de la compañera Verdú, a las organizaciones de trabajadores y estudiantiles a poner en pie una gran campaña para que ningún caso de gatillo fácil, ni de torturas en las comisarías, ni ninguna forma de represión estatal que sufren los trabajadores y el pueblo queden impunes.

Carla Lacorte-CeProDH