Durante las últimas semanas se hizo cada vez más evidente que el macrismo junto a la empresa Metrovías y la estatal SBASE estaban desarrollando una fuerte campaña política contra los trabajadores del subterráneo y sus delegados, con particular énfasis en la línea B, contra nuestro compañero Claudio Dellecarbonara.

Este ataque contó desde su inicio con el invalorable servicio del Grupo Clarín y el diario La Nación, quienes fueron los abanderados a la hora de transmitir el siniestro mensaje: el origen de todos los males en el subte son los trabajadores. En un país que viene de sufrir repetidas masacres ferroviarias con decenas de muertos y que tiene al transporte sumido en una profunda crisis estructural, esta alianza entre el gobierno de la Ciudad, la empresa y los grandes medios de comunicación busca correr el eje de la responsabilidad para mantener sus enormes negociados, mientras los trabajadores y usuarios rifamos todos los días nuestras vidas yendo a trabajar o a estudiar. El método que utilizan está a la altura de sus escrúpulos. Buscan que sean los mismos usuarios del subte (trabajadores en su gran mayoría) los que se enfrenten a los trabajadores. Por eso es que TN repite una y otra vez el mismo video de “furia en el subte” donde un “usuario” rompe el vidrio de una boletería. Todo este armado queda explicitado en la encuesta que mandó a hacer el macrismo estas últimas semanas en las estaciones de subte. Allí se apunta directamente contra los trabajadores frente a los problemas del servicio y se indaga sobre “qué medidas debería tomar el Gobierno de la Ciudad ante las protestas de los delegados”. Esto generó el repudio de la dirección de la Carrera de Sociología, que manifestó su “preocupación por la utilización de una herramienta de investigación como la encuesta con el fin de estigmatizar a los trabajadores”.

Pero frente a esta campaña los estudiantes comenzamos a ponernos en movimiento y a organizarnos en solidaridad con los trabajadores. Por eso, luego del repudio que lanzamos desde los centros de estudiantes de Sociales, Filosofía, Psicología y Exactas a los ataques fascistoides, ya nos estamos preparando desde los secundarios, terciarios y desde las distintas facultades de la UBA para sumarnos a las iniciativas que decidan llevar adelante los trabajadores del subte y para realizar distintas acciones que denuncien a los verdaderos responsables de esta catastrófica situación.

Macri y Roggio quieren sacarse de encima a los trabajadores organizados, porque ellos son -junto a los usuarios- los únicos interesados en que los subtes funcionen bien. ¡Los estudiantes no vamos a permitir que pasen estos ataques fascistas a los trabajadores del subte!

Extractos del pronunciamiento de la carrera de Sociología de la UBA respecto a la campaña contra los trabajadores del subte y la encuesta que se está realizando en las estaciones. Junto a las declaraciones de distintos centros de estudiantes y secretarías, es parte de los primeros apoyos recibidos por los trabajadores.

La Dirección de la Carrera de Sociología de la UBA manifiesta su preocupación por la metodológicamente inválida y tendenciosa encuesta que se viene realizando en el Subterráneo de CABA.
Durante el mes de septiembre la consultora NHG, por encargo del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, ha desarrollado una encuesta coincidental en las 6 líneas de subterráneo de Buenos Aires.
En dicha encuesta (…) se avanza sobre 17 preguntas, muchas de las cuales son metodológicamente invalidas y tendenciosas, en las cuales se responsabiliza explícitamente a los trabajadores y sus delegados gremiales del pésimo servicio brindado en el subterráneo.
Carente de todo rigor y precisión el cuestionario indaga en reiteradas oportunidades sobre las sanciones y medidas punitivas que el Gobierno de la Ciudad debería tomar contra los trabajadores y sus representantes. (...)
Desde la Dirección de la Carrera de Sociología de la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA manifestamos nuestra preocupación por la utilización de una herramienta de investigación, como son las encuestas, con el fin de estigmatizar a los trabajadores y legitimar posibles medidas disciplinarias contra los mismos.