La crisis de Aerolíneas se ha transformado en una cuestión de Estado. Los millonarios subsidios que fueran otorgados en todos estos años por parte del gobierno a la patronal española de Marsans, no lograron tapar la debacle de la empresa en manos de los españoles. El Secretario de Transporte Ricardo Jaime ha reconocido que “el Estado nacional hoy lleva casi 900 millones de dólares (invertidos)” en la empresa. El mismo Néstor Kirchner, tuvo que hacer referencia en el acto de Congreso a la crisis de Aerolíneas, emparentando dicho proceso con el de Aguas Argentinas y el Correo. Con los ejemplos, apela nuevamente al doble discurso sólo para capear la crisis. Peor aún, si con Macri padre, lo que estaba en discusión era el no pago del canon millonario por parte del empresario; en el caso de Aerolíneas se está afrontando una quiebra, con acreedores varios, combinado con un escandaloso vaciamiento, que operó a la vista del gobierno mientras, como dijimos, se giraban importantes subsidios por parte del mismo. Los números son tan exorbitantes, que en la discusión gobierno-empresa, el juez no logra definir aún donde fueron a parar setecientos millones de dólares.

Un fraude completo

El repentino discurso estatizante que emana del gobierno, fue luego de que el mismo agotara casi todas las vías para conseguir que un empresario se hiciera de la mayoría accionaria. Por si quedasen dudas de la mentira del discurso estatizante, el gobierno ya dejó trascender que cualquier variante de control estatal sobre la empresa será transitorio y pretenden rotular a la misma como una Sociedad Anónima, para venderla cuanto antes. En realidad, detrás de la maraña de tecnicismos contables y la cortina de la intervención judicial, estamos asistiendo a uno de los salvatajes mas fenomenales del gobierno K a una empresa española, cuyo único aporte fue el vaciamiento. El gobierno procura capitalizar con la plata del pueblo para luego volver a privatizar. Un fraude completo.

Los militantes aeronáuticos del PTS, mediante una intensa agitación de nuestro boletín sindical “El Despegue”, denunciamos las maniobras del gobierno y planteamos una verdadera reestatización de nuestra línea aérea. Y que por el contrario a cualquier pretensión indemnizatoria, ya sea de parte de Marsans o del mismo estado español deben ser ellos quienes asuman los costos de la deuda y capitalicen la empresa devolviendo los centenares de millones que derivaron con el vaciamiento. Lamentablemente la mayoría de las cúpulas sindicales aeronáuticas se ha transformado en gestora de la política de salvataje encubierto promovida por la Secretaria de Transporte de Jaime y firmaron la paz social por 60 días. La historia reciente de los trabajadores aeronáuticos parece ajena a las cúpulas sindicales. En el 2001, cuando la política privatista mostraba su fracaso, fue la enorme movilización de los trabajadores, que concitó un inmenso apoyo social a lo largo y ancho del país, lo que mantuvo a nuestra línea de bandera en pie.

Los trabajadores somos la única salida

Lejos de la paz social con los piratas, lo que se necesita es declarar el estado de alerta y movilización y convocar a una asamblea de todos los trabajadores aeronáuticos, que vote un plan de lucha unificado y enfoque su pelea hacia una salida de fondo, que garantice nuestros salarios, la estabilidad laboral y el funcionamiento pleno de AA. La política privatista ha demostrado su total decadencia, fuese cual fuese la patronal de turno. La reestatizacion sin indemnización y bajo control de los trabajadores es el único camino real para que Aerolíneas se ponga nuevamente de pie y pueda brindar un servicio de excelencia con el prestigio que supo tener en otras épocas. Desde el PTS estamos convencidos que la administración democrática de la empresa ejercida por los trabajadores es indispensable para evitar los desmanejos y negociados de funcionarios de turno. Para lograr estos objetivos es fundamental que los trabajadores breguemos por la unidad y solidaridad mancomunada con los usuarios populares, víctimas, al igual que nosotros, de la misma política patronal. Tenemos que hacer de nuestra reivindicación una causa nacional. Así como el gobierno utiliza, para su provecho, en la puja con las patronales del campo “la cuestión de Aerolíneas” bajo su propio discurso, los trabajadores de manera independiente a cualquier variante patronal, tenemos que irrumpir con nuestro propio punto de vista y demostrar que la salida de Aerolíneas la tenemos que dar los trabajadores, con nuestra movilización y métodos.