Es día de lluvia y frío. El tiempo amenaza para que uno se quede guardado. Es 9 de Julio y la Federación de Box ya está lista para recibir a un acto, pero este no será un acto cualquiera.
Son aproximadamente las 15.30 hs, la lluvia se vuelve más aguda. Algunas banderas rojas ya se agitan en la puerta. Otros tantos se resguardan en los techos como si fuera la cola de un cine. Y los compañeros van llegando y el entusiasmo despertando. Entonces aparece La Plata y sus columnas numerosas contagian a las demás. Ya están los compañeros de Capital, del Conurbano, del interior del País... La Federación comienza a empaparse de rojo... con el color de los revolucionarios.
El estadio ya está colmado. Entra la juventud como una tromba y con su energía inagotable, ocupa el centro de la tribuna.
2000 almas abarrotadas, movidas por las ideas y entusiastas, dan el marco para un acto Obrero y Socialista. Entre los presentes, un sector importante está representado por grupos de trabajadores ferroviarios, telefónicos de fábricas de la alimentación, metalúrgicos, siderúrgicos, docentes, estatales y entre ellas las fábricas recuperadas como Zanón y Brukman.
Los oradores van pasando por el estrado. Abre Magalí de la juventud, siguen Carla Lacorte y Andrea D"Atri. Saludan luego compañeros de sectores en lucha como Firestone, Pepsico Snacks, Lafsa y Hospital Castex. Los discursos se van intercalando con videos producidos por Contraimagen, donde se pueden ver imágenes contra la represión y el gatillo fácil, imágenes internacionales de la resistencia del pueblo iraquí y palestino, y otro donde se mezclan las luchas obreras de los 70 con las actuales como las de Zanón.
¿Cuál fue el espíritu del acto? Trotsky escribió alguna vez que los revolucionarios están poseídos por un patriotismo furioso para esta época, que es su patria en el tiempo. Y nuestro patriotrismo está basado en una profunda confianza en la clase obrera, en la certeza de que los futuros ascensos derrumbarán los muros que hoy aíslan a los revolucionarios de las masas y le impiden construir ese gran partido revolucionario que nuestra clase necesita.
Esta pasión parecía respirarse en el ambiente, en la concentración ante cada palabra y en aplauso en cada pico de cada discurso. Un sentimiento común donde la dispersión no tenía posibilidad.
De repente las luces del recinto se apagan. Se escucha un folklore sureño de Eduardo Guajardo y la pantalla gigante dispara luces diminutas y dolor. Son los cascos de los Mineros del Turbio que velan a sus compañeros muertos. Un aplauso ensordecedor como queriendo abrazar las imágenes. Luego aparece la asamblea donde la burocracia de ATE es echada literalmente a patadas. "Aquí están, estos son los mineros del carbón", el grito despide al video y le da la bienvenida al compañero minero que desde el escenario nos dirige la palabra.
Hablan también Celia Martínez, Raúl Godoy, Christian Castillo y cierra el acto el compañero José Montes.
Al finalizar, de uno a uno van subiendo los oradores al escenario junto con otros dirigentes obreros e intelectuales del partido y compañeros obreros de las luchas más importantes en curso.
Los puños en alto y se entona la Internacional: "arriba los pobres del mundo/ de pie los esclavos sin pan/ y gritemos todos unidos, viva la Internacional/.
Derribemos todas las trabas que oprimen al proletario/ cambiemos al mundo de bases, hundiendo al imperio burgués/.
Agrupémonos todos en la lucha final/ y se alcen los pueblos por la Internacional/.
Las estrofas tienen un sentido: son un regalo para todos aquellos que el 9 de Julio levantaron por primera vez su puño, empezándose a sentir participes de la gran tarea histórica de aportar a la construcción del partido de los esclavos insurrectos.