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Acto del 6D: un gran salto que es solo un comienzo

El primer dato político es que el PTS y el PO realizamos los actos más importantes en la historia de ambas organizaciones, como expresión más activa y consciente del desarrollo del Frente de Izquierda.

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11 de diciembre 2014

Acto del 6D: un gran salto que es solo un comienzo

El primer dato político es que el PTS y el PO realizamos los actos más importantes en la historia de ambas organizaciones, como expresión más activa y consciente del desarrollo del Frente de Izquierda. Aunque no asistimos a un ascenso de las luchas de la clase trabajadora (ni del movimiento estudiantil) a pesar de la emergencia de duras batallas obreras como la de Lear, los actos fueron “la punta del iceberg” de franjas amplias de trabajadores y jóvenes que ven cómo el kirchnerismo termina en sciolismo y cómo las “alternativas” son “los hijos de Menem” (Massa, Macri) o los radicales sojeros (Cobos).

Pero, como expresan los centenares de mensajes y comentarios llenos de emoción de trabajadores y trabajadoras, intelectuales, estudiantes y personalidades de los más diversos ámbitos, el entusiasmo que invadió a los miles que nos reunimos el 6D en Argentinos Juniors, a pesar del calor sofocante, va más allá de la contundencia de los discursos y el hecho de haber llenado uno de los dos estadios cubiertos más grandes de la Ciudad de Buenos Aires.

El acto se construyó desde abajo, empezando por los diálogos e intercambios previos que tuvieron los y las militantes, explicando los objetivos del acto, con miles y miles de protagonistas de los movimientos de lucha más intensos del año. De allí vinieron los asistentes: el enorme movimiento de apoyo que despertó la durísima lucha testigo, profundamente política (como dijo Rubén Matu), de los obreros y obreras de Lear contra los despidos masivos y contra la “santa alianza” del gobierno, la patronal yanqui y la burocracia del SMATA; los que defienden el ejemplo de Madygraf/Donnelley de tomar la fábrica, ponerla a producir, pelear por la expropiación y estatización bajo gestión obrera, como respuesta a los cierres de empresa, retomando la tradición de Zanon; los y las que luchan en decenas de gremios y sindicatos por recuperarlos contra la burocracia sindical, agente de la patronal; el movimiento de mujeres y la política consecuente de Pan y Rosas por imponer con la movilización y la organización sus demandas, enfrentando la homo-lesbo-transfobia junto al movimiento LGTBI; los y las que luchan contra el gatillo fácil y en defensa de las libertades democráticas; los miles que tomamos como propio el grito de “el estado es responsable” por la desaparición de los 43 estudiantes mexicanos, o de las luchas obreras y populares de Latinoamérica y el mundo, contra el imperialismo y sus aventuras guerreristas. Fue un acto de los que estamos en la primera línea del desarrollo del Frente de Izquierda al calor de la lucha de clases, a nivel nacional y en cada provincia, fábrica, empresa, escuela o universidad, impulsando un instrumento totalmente novedoso como La Izquierda Diario, que permite procesar al instante, con agitación política y propaganda, cada pelea en las calles, en elecciones o en los debates políticos y culturales, defendiendo el punto de vista y el programa obrero y socialista. Incluso los familiares presentes constituyen una retarguardia indispensable de todos estos luchadores y luchadoras que sufrieron muchas represiones (como en la Panamericana) o están sometidos a la persecución constante en sus lugares de trabajo. No se trató, entonces, de un “público” que se limita a un apoyo pasivo o la militancia electoral (cuando no a la búsqueda de “algo a cambio”) como ocurre en los actos políticos de los partidos tradicionales (incluso en los que se dicen de centroizquierda), sino de miles que asumieron el acto como propio.

El salto más importante fue que logramos una síntesis entre esos protagonistas de cada movimiento y el PTS como “partido”, bajo la comprensión de que nuestro programa y práctica política permiten desarrollar al máximo de su potencia esos procesos de lucha, de organización y de avance de la conciencia política, y así construimos la organización necesaria para vencer. Porque tenemos una estrategia que articula cada batalla parcial con una perspectiva de conjunto, donde la lucha por el gobierno de los trabajadores no es una consigna abstracta sino que se encarna en ser consecuente en cada pelea, donde cada militante puede sentirse de igual a igual con los diputados o candidatos electorales, o con los compañeros y compañeras que son delegados sindicales o dirigentes estudiantiles. Por esto fue un acto de una “fuerza militante”, de una organización que está dando pasos decididos hacia poner en pie un gran partido de trabajadores, socialista e internacionalista.

Acompañaron también nuestro acto personalidades y militantes que no pertenecen a nuestro partido pero reconocen y respetan nuestra lucha, que muchas veces damos en común: Patricia Walsh, María del Carmen Verdú, Elia Espen, Cachito Fukman, Herman Schiller y los dirigentes obreros de los ’70 como Coco Luna, Carlos Morelli y Eduardo Fachal, así como una delegación de Izquierda Socialista, con quienes compartimos el FIT junto al PO.

El acto fue así una experiencia de verdadera fusión de nuevas generaciones de trabajadores, estudiantes y mujeres que nacen (o renacen) a la lucha, con la izquierda obrera y socialista que representa el PTS. Ese es el contenido revolucionario del salto logrado, que abre una nueva etapa para la construcción de nuestra organización. El primer desafío es doble: compartir el acto con los miles de compañeros y compañeras que simpatizan con el PTS pero por alguna u otra razón no pudieron asistir, y a la vez proponer a los que asistieron que se organicen como nuevos militantes del PTS. Con todos ellos queremos distribuir este número de La Verdad Obrera y difundir La Izquierda Diario con los discursos, comentarios y conclusiones del acto, como síntesis de un intenso año de acción y reflexión, a la vez que los invitamos a ser parte de la Campaña Financiera de fin de año, con el objetivo central de reunir mayores fondos para ampliar la influencia que ya está conquistando La Izquierda Diario, y preparar cursos de formación teórico-políticos para el verano. A su vez, seguiremos en la primera fila de las luchas y tendremos planteada una dura batalla en las elecciones del 2015, desde el Frente de Izquierda, contra los candidatos de los capitalistas.

Pero estos son sólo los primeros pasos inmediatos. El verdadero desafío es estructurar un partido con dirigentes, militantes e influencia política sistemática en las principales concentraciones del movimiento obrero y la juventud. La traición y degeneración de la socialdemocracia y el stalinismo, las corrientes de masas históricas de la clase obrera, abrieron el paso al populismo y al nacionalismo burgués (como el peronismo) que liquidaron la independencia política de los trabajadores, y fueron bien utilizadas por la burguesía para ensuciar las banderas del marxismo como movimiento de liberación de los trabajadores, y de la organización que se propone encarnarlos: un partido revolucionario nacional e internacional. Por esto remamos contra la corriente. Muchos se adaptan a esta realidad pretendiendo construir movimientos sólo electorales, sin inserción orgánica, pero sabemos que así no podremos derrotar a la burocracia sindical, a las patronales y al Estado. El acto nos llena de orgullo porque lo hacemos en estas condiciones. Pero por eso somos conscientes que fue un paso importante, pero sólo el comienzo.

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