“Al principio iba feliz al trabajo -expresa- porque tengo hijos que mantener. No faltaba nunca. Le metía 12 horas. Pero después me agarró una impotencia… ¿Quiénes son estos? Estoy sacando y sacando producción a gente que te hace laburar una bocha, en malas condiciones, todo lleno de cucarachas, con caños que tiran patadas eléctricas porque no están bien aislados; sin ventiladores en verano ni extractores que funcionen”.
Asimismo, las condiciones de la maquinaria con la cual se trabaja están deplorables. “Un compañero se cortó cuatro dedos y otro se lastimó el brazo. Todo por las máquinas que están atadas con alambre”.
“En la línea de producción no teníamos bebederos y cuando instalaron uno el agua salía sucia, con sarro y caliente”, agregó.
En tanto, la compañera manifiesta con dolor: “Yo les hice ganar mucha plata con mi trabajo. Ellos me rompieron el cuerpo y me hacen problema si tengo que sacar turno en el médico para mí o para mis hijos o si tengo que faltar por otro motivo. ¿Y qué nos dan a nosotros? Dolores de cabeza y más problemas de los que tenemos”.