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Ante las elecciones fraudulentas en la CTA

SE CAYO EL MITO DE LA "CENTRAL DEMOCRATICA"

Abramos paso a los delegados de base

Los métodos que denunciamos hace un año, ante el fraude de Baradel en el SUTEBA La Plata, se muestran ahora desplegados en su máxima expresión en las elecciones de la CTA.

José Montes

30 de septiembre 2010

Los métodos que denunciamos hace un año, ante el fraude de Baradel en el SUTEBA La Plata, se muestran ahora desplegados en su máxima expresión en las elecciones de la CTA. Esta vez, no ya dirigidos sobre la izquierda y la docencia combativa, sino para dirimir la disputa entre los dos sectores en los que se ha dividido la burocracia de la Central, correspondientes a los dos sectores en los que se ha dividido la centroizquierda: la pro K de Yasky referenciado con Sabatella, y la pro campo de Micheli–De Gennaro, afín al proyecto de Pino Solanas. A pesar de que no se sabe quién ganó, es claro que el gobierno sufrió un duro golpe, ya que el sector de Yasky es quien aparece como perdedor.

En un solo acto demostraron la falacia de la “central alternativa, autónoma y democrática”. Lo que iba a ser una “novedad” donde los trabajadores elegirían en forma directa sus dirigentes, terminó en el viejo método del manejo a discreción de los votos y las urnas, imponiendo que en una central “sindical” lo determinante sean los padrones y el trabajo territorial. Prueba de ello es que la definición electoral estuvo en manos de la kirchnerista Milagro Sala, que a su vez, quedó al frente de la CTA de Jujuy.

Nada tienen que ver estos dirigentes con el denominado sindicalismo de base que irrumpió en las fábricas cuestionando el poder sindical, y desarrollando la organización y la lucha democrática de los trabajadores. Micheli y Yasky son los dos grandes perdedores en estas elecciones, mostrando el fracaso de atar la Central al carro del gobierno kirchnerista en el caso de Yasky, y de la oposición patronal, en el caso de Micheli. Ninguno de los dos sectores logró movilizar sus propios gremios para acompañar su proyecto político, y la falta de militancia y apoyo, la intentan reemplazar con prácticas fraudulentas y clientelares.

Independientemente de si termina en una CTA con dos Secretarios Generales, o si llegan a un difícil acuerdo de ocasión, la estrategia de la CTA en sus dos variantes ha demostrado su total impotencia y está condenada al fracaso. Los nuevos sectores que surgen dentro y fuera de la Central, recuperando sus comisiones internas, fogueándose en la lucha contra las patronales y el gobierno, tienen que avanzar junto a la izquierda para forjar un nuevo movimiento obrero sobre la base de la superación de estas direcciones burocráticas.

La izquierda y las tres listas opositoras

Lamentablemente a esta fractura de la CTA no se pudo contraponer una lista de unidad clasista. El PO se quedó esperando una ruptura de sectores del Degennarismo que nunca llegó. Y otros grupos como Izquierda Socialista, MAS y Gustavo Lerer, pretendían imponer candidaturas antes de empezar el debate. Ambos sectores se opusieron a impulsar un gran plenario clasista para definir las perspectivas de lucha, y elegir a los mejores compañeros. Esta propuesta (en el marco de un desempeño en general marginal) se demostró como la más realista para constituir una lista de unidad clasista, contra la autoproclamación sin sustento del PO y los otros grupos. Desde el MAS se intentaba imponer su candidato, ya que, según decían, había sido votado por una asamblea de 500 obreros de Fate; pero que finalmente sólo consiguió 188 votos, demostrando que lo suyo era una imposición rupturista que, encima, debilitó a Fate en la pelea con Wasiejko dentro del gremio. Desde PO se intentaba imponer a los dirigentes de la AGD, que salieron terceros en su propio gremio. Esas posturas ultimatistas y autoproclamatorias, fueron las que impidieron un gran frente de unidad, proclamado en un plenario de toda la militancia que pelea por una perspectiva clasista dentro de la CTA.

Párrafo aparte, merece el derrotero de la izquierda sojera del MST y el PCR, que festejan el supuesto triunfo de la Lista 1, con los votos aportados por la kirchnerista Milagro Sala.

La pelea de la Lista 4, Marrón clasista

La lista que encabecé, logró expresar en su conformación a dos generaciones de luchadores clasistas, opositores a las conducciones de los gremios que integran la CTA. Me acompañaron más de 30 compañeros del Astillero Río Santiago que fueron candidatos, y que expresan una generación que luchó en la década de los ‘90, que enfrentó y derrotó las privatizaciones, enfrentando a los dirigentes de ATE que hoy integran la Lista 1, y hoy constituimos una corriente orgánica de la fábrica sacando el 11% de los votos. Junto a esta “vieja” generación, nuestra lista también expresó el surgimiento de nuevos sectores que han recuperado sus organizaciones de lucha luego del 2001, y que son expresión en la CTA del sindicalismo de base, como es el caso de los delegados y activistas aeronáuticos de APA–LAN que demostraron ser la alternativa y la oposición a los dirigentes kirchneristas de APA.

Nuestros compañeros del Subterráneo de Buenos Aires, dieron la pelea principista por retirar nuestras boletas, junto a las de la lista 3, para repudiar el intento de cooptación kirchnerista del nuevo sindicato, vía la lista de Yasky. No lo hicieron solos, tuvieron el acompañamiento de cerca de 600 trabajadores que decidieron no convalidar el ingreso sin debate a la CTA (ver artículo en página 2), y la lamentable oposición de la lista 5 de Lerer, el MAS e IS que a pesar del pedido expreso de los delegados mantuvieron su boleta y cosecharon… 2 votos.

O el avance de los nuevos delegados en ATE, como los compañeros de la Junta Interna de IOMA que tuvieron el respaldo del 80% de sus afiliados, los delegados del INDEC, de Música de la Ciudad de Buenos Aires, el avance de la Lista Marrón en los hospitales de Neuquén, ganando en el Heller y el Castro Rendón y siendo oposición en los principales Hospitales de la provincia, junto a los docentes neuquinos que enfrentaron la política de aislamiento de Yasky. Esto demuestra que dentro de ATE y la CTA está emergiendo un nuevo activismo que se pone al frente de los trabajadores, y supera a la vieja burocracia.

En Mendoza los jóvenes trabajadores del Ajo, que organizaron su sindicato, a costa de represión e incluso muerte de uno de sus compañeros, estuvieron al frente de nuestras listas. El fraude escandaloso impidió que se expresara este sector que no está ni con el gobierno ni con las patronales del campo, y que hoy están impulsando un petitorio de repudio. Tampoco llegaron las urnas a los combativos docentes (nuestra lista Marrón en las elecciones de CTERA obtuvo 700 votos) impidiendo que se exprese la bronca de la docencia mendocina contra las dos alas de la burocracia.

Las nuevas experiencias, las viejas tradiciones de lucha, la emergencia del sindicalismo de base, y la misma división por arriba de las burocracias de la CTA y también de la CGT, allanan el camino para el avance de una corriente clasista en el movimiento obrero, con grandes batallas de clase como las de Kraft Terrabusi, gestas obreras y populares como la de Zanon, derrotas duras como en Casino y Mafissa, luchas de resistencias como las que están en curso en Paraná Metal que van fogueando nuevos delegados y fortaleciendo las tendencias clasistas en el movimiento obrero que queremos desarrollar desde el Plenario de Trabajadores Clasistas.

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