El fusilamiento público de Carlos Fuentealba fue un claro mensaje de disciplinamiento a todas y todos los trabajadores, para que no se vuelva a pisar ni cortar una ruta para protestar. Ese mensaje lo dieron asestando un duro golpe, que año a año tenemos que salir a la lucha, ante el abandono por parte de los gobiernos. Sin embargo no lo lograron. A dos años del fusilamiento de Carlos, trabajadoras y trabajadores de la UNTER con su piel curtida por el sol demuestran, con más de 40 días cortando la ruta de Chichinales, que no nos amedrentaron, no nos disciplinaron, que seguimos y seguiremos defendiendo la Educación Pública como un derecho que tiene que ser garantizado. Del mismo modo que lo estamos haciendo también en Neuquén con un mes de paro y distintas medidas de lucha.

Pero, aunque no nos disciplinaron, sí están logrando tender un manto de impunidad sobre todos los responsables del asesinato de Carlos. Si bien con las movilizaciones y la lucha en la calle logramos que Poblete fuera condenado a cárcel común y perpetua todavía nos queda la ardua tarea de que se castigue a los máximos responsables: Sobisch, Pascuarelli y toda la cúpula policial. No es ni será fácil, ya que tanto el MPN como su justicia se han complotado para asegurar impunidad. 
Estamos convencidos que para llevarlos a prisión necesitamos redoblar la lucha, no podemos bajar la guardia pensando que sólo a través de los burocráticos procesos judiciales lograremos juicio y castigo. Está demostrado que la justicia no es independiente del poder político. Por eso necesitamos que la CTA y la CTERA llamen a un plan de lucha del conjunto de los trabajadores tanto en la región como a nivel nacional para imponer la cárcel a los responsables del asesinato de Carlos.

Contra el nuevo pacto de CTERA

A dos años de aquel 4 de abril, los trabajadores de la educación nos encontramos nuevamente en lucha, contra un nuevo pacto entre CTERA y el gobierno de Crisitina Kirchner, donde acordaron un salario inicial de miseria y la aplicación de leyes que se adecuan a los intereses del mercado. Este acuerdo se da en medio de una crisis internacional, que quieren descargar sobre nuestras espaldas, es así que vemos la negación de todos los gobiernos, oficialistas y opositores, de una recomposición salarial.

Por eso es fundamental rodear de solidaridad a las luchas en curso, como también elaborar un plan de lucha unificado para conquistar nuestras reivindicaciones.