Si por los medios nacionales aparece la negociación entre los dirigentes gremiales docentes y el gobierno nacional, lo que brilla por su ausencia es la situación real de miles y miles de docentes de todo el país.

La situación real en las escuelas es que se caen a pedazos, con falta de vidrios, falta de agua, gas, y mantenimiento diario, etc.

El tema de la infraestructura, estuvo en boca de los dirigentes gremiales docentes, pero sólo al pasar, o como una formalidad. Planteándolo como un problema más del que “hay que hablar”. Pero las soluciones nunca llegan, acá se hace notoria la falta de presupuesto en las escuelas públicas estatales.

Esta semana los docentes y los alumnos tuvimos que regresar a las escuelas y nos encontramos trabajando en pésimas condiciones.

Sumado a los problemas de infraestructura que presenta la escuela N°2 de Temperley, este 15 de febrero cuando los docentes y auxiliares entramos a la escuela, nos encontramos con excrementos de ratas en todas las aulas y dependencias de la institución, con los niños esperando en la puerta para compensar las materias que tenían que recuperar. Esto ya había ocurrido a mediados del año pasado, cuando el consejo escolar envió una desratización vergonzante, de muy bajo costo que no resolvió el problema. Esta vez tampoco había agua, ni siquiera para higienizarnos, se llamo al consejo escolar pero no estábamos en el cronograma de desinfección, por lo tanto, ¡Debíamos esperar nuestro turno!

Fue cuando decidimos organizarnos, docentes y auxiliares nos unimos para denunciar al gobierno provincial y exigir al consejo escolar una desratización efectiva y sostenida a lo largo del año, controlada por nosotros mismos, decididos a no comenzar las clases hasta tanto no estén garantizadas las medidas de salubridad e higiene de trabajadores y alumnos.

Este no es un problema aislado de la EPN°2, ni somos los únicos docentes y auxiliares que cada día exponemos nuestra salud y nuestra vida en las escuelas, somos miles en el país los que padecemos a diario esta realidad. El gobierno espera de nosotros que estemos allí cumpliendo 180 días de clase, no les importa en que condiciones.

Es necesario que todos los trabajadores docentes, auxiliares y también los padres y alumnos que sí nos importa, nos organicemos no sólo en las escuelas, sino en todo el país para exigir que se triplique el presupuesto para educación en base al no pago de la deuda externa y el quite de subsidios a la educación privada y ser nosotros mismos los que controlemos el destino de ese dinero.

Gabriela L.

Docente de la Corriente Nacional 9 de Abril