La concentración fue en el parque Hyde Park. A las 12 del mediodía empezaron a llegar las delegaciones con sus pancartas con el nombre de la escuela, local o regional sindical, colectivo, etc. Llegaron de todas partes; desde Escocia (al norte del Reino Unido) hasta Brighton, muchos de ellos viajaron casi toda la noche en autobús. Birminghan fue uno de los contingentes más nutridos - esta ciudad obrera del noreste de Inglaterra que cuenta con una alta población musulmana se hizo presente con 40 autobuses.
La convocatoria superó no sólo los cálculos de los organizadores, sino sorprendió al gobierno. Cuando la cabeza de la marcha llegaba a Trafalgar Square (el punto de llegada) el final de la marcha todavía no había dejado el Hyde Park, unos 3km de distancia.
Fue llamada por la coalición Stop the War - un frente único que se formó apenas iniciadas las acciones militares imperialistas y cuenta con el aval de una amplia gama de organizaciones pacifistas y políticas. La integran grupos comunitarios, el Parlamento Musulmán, el Movimiento por los Derechos Civiles, El Concejo de Mezquitas, Labour contra la guerra, Trabajadores de los Medios de Comunicación contra la Guerra, Abogados contra la guerra, Artistas contra la guerra, sindicatos y personalidades de la cultura, periodistas, algunos diputados laboristas, sindicalistas del gremio de los periodistas, ferroviarios, docentes, y candidatos de la Alianza Socialista, de colectivos como Globalise Resistence (convocante de la marcha de Génova). Entre las fuerzas que atraen mayor convocatoria está el SWP (Socialist Workes Party - partido de la izquierda inglesa) y el CND - colectivo por el desarme nuclear.

Comités contra la guerra

La amplia unidad de la convocatoria y el hecho de que la marcha se organizó desde los lugares trabajo y estudio fue lo que garantizó la masividad. En casi todas las escuelas, facultades, centros comunitarios, dependencias públicas, locales sindicales se organizaron comités de apoyo a la coalición contra la guerra. Los comités de apoyo a la campaña contra la guerra se extendieron en todo el país, en las escuelas, universidades, colectivos de derechos humanos y de defensa de las libertades civiles, regionales de sindicatos, se crearon estos comités que militaron activamente. Las escuelas llevaban delegados sindicales, padres y alumnos, muchos con pancartas improvisadas por ellos mismos.
Los estudiantes universitarios y de los colegios están jugando un papel muy activo, representantes de la facultad de estudios orientales (SOAS) se pusieron en contacto con colegios secundarios y terciarios para ayudarlos a establecer comité de apoyo. SOAS funcionó como la sede y punto de referencia de los estudiantes además de reuniones, charlas, talleres, debates, preparó los volantes, organizó una fiesta para juntar fondos.
El comité de dirección de Stop the War votó que serían los estudiantes quienes irían al frente de la marcha y conjuntamente con otros universitarios se coordinó el armado de muñecos gigantescos de unos 6 metros de altura para encabezar la marcha. Las pancartas decían "Esta guerra no es en mi nombre", "No al racismo", "Por la defensa de las libertades civiles", "Sharon es un asesino". Las canciones que más pegaban entre los jóvenes: "Ellos dicen: Tiramos las bombas, Nosotros decimos: reducción de la deuda", "¡Uno, dos, tres, cuatro: no queremos tu guerra fascista, cinco, seis, siete, ocho: que paren las bombas, que pare el odio!"

Discursos

Los discursos expresaron un amplio arco de posiciones políticas.
El ex-diputado laborista Tony Benn, uno de los oradores más aplaudido dijo "Tenemos un parlamento pasivo y un gabinete servil que no exige ni siquiera el derecho a discutir la participación de Gran Bretaña en la guerra."
Los líderes sindicales llamaron a que el movimiento contra la guerra se extienda en el resto de los sindicatos a través de mociones y pronunciamientos contra la guerra. Cada uno de los oradores presentó su política, algunos bregaron por el acatamiento a las leyes internacionales y pidieron la creación de un tribunal internacional. Otros oradores, como el diputado escocés Galloway plantearon la creación de un estado palestino y reclamaron por el levantamiento de las sanciones a Irak.
En general, todos condenaron la acción militar en Afganistán y el ataque a las libertades civiles de una nueva legislación lanzada por el gobierno bajo la excusa de combatir el terrorismo. Muchos de ellos denunciaron la agresividad de los planes que se aplican en el tercer mundo, diciendo que la pobreza era la verdadera causante de la guerra.
Fue la marcha contra la guerra más grande organizada en Londres desde la época de Vietnam. Hablando con algunos de los presentes me decían que en otras recientes campañas antibélicas, por ejemplo cuando la guerra del Golfo, había tres campañas cada una con sus propias consignas, pero que esta vez el hecho de que se había logrado una campaña unificada había permitido una masiva concurrencia. Pero la guerra no ha terminado y la campaña sigue planificando futuras actividades. Ya empezó a prepararse la participación a la marcha convocada por varios sindicatos europeos con motivo de la reunión de los jefes de estado de la Unión Europea los días 13 y 14 de diciembre en Bruselas.

Los revolucionarios y el movimiento anti-guerra

En Inglaterra, muchos sindicatos se han pronunciado contra la guerra: hay que exigirles que levanten una política de independencia de clase a través de métodos de acción directa. Está muy bien que los sindicatos denuncien el recorte de las libertades democráticas, pero eso no es suficiente. Desde los comités de base en sindicatos y el movimiento estudiantil debe crearse un polo consecuentemente antiimperialista.
Como decimos en nuestra declaración internacional firmada en común por socialistas internacionalistas europeos y latinoamericanos: "Las organizaciones firmantes, como revolucionarios y antiimperialistas, estamos por la derrota de las fuerzas imperialistas. Apoyamos toda resistencia que debilite al enemigo en la guerra. Llamamos a las organizaciones de la clase obrera y a los activistas antiguerra a organizar acción directa, huelgas, boicot y movilizaciones mientras continúe la acción militar. Llamamos a los soldados a organizar la resistencia en las fuerzas armadas, a exigir derechos democráticos, a oponerse a los ataques contra Afganistán y rebelarse contra los imperialistas y sus generales asesinos de masas. Llamamos a los trabajadores de la industria armamentista a boicotear y sabotear la producción para la guerra imperialista. Exigimos que los representantes parlamentarios de los partidos socialdemócratas, Laboristas, Socialistas y Comunistas rompan con los Blairs, los Jospins y los Schroeders y voten contra todo apoyo político, militar y financiero para la guerra..." 2

1 El gobierno de Tony Blair está tratando de derogar una cláusula de la ley antiterrorista vigente de manera tal de poder retener (internar) a extranjeros que son considerados peligrosos o que se piensa tienen contacto con organizaciones terroristas, y de detener sospechosos sin que sean llevados a la corte. La legislación vigente al estar regida por la ley europea no le concede este derecho.

2 La Fracción Trotskista (Estrategia Internacional) a la que pertenece el PTS, junto a grupos hermanos de México, Brasil, Bolivia y Chile, publicamos la declaración citada, el pasado 10 de octubre, junto a socialistas internacionalistas europeos agrupados en la Liga por una Internacional Comunista Revolucionaria, de Gran Bretaña, Francia, Alemania, Suecia, Austria, Australia y República Checa. Firmó, además, el grupo Juventud Marxista Revolucionario de Ucrania.


Viernes 30 de noviembre

Marchemos a la embajada yanqui
Por la derrota de la campaña militar imperialista
Fuera de Afganistán
Repudiemos al gobierno argentino sirviente de Bush y el FMI

Convocan: Centro de Estudiantes de Ingeniería (UBA), Centro de Estudiantes de Arquitectura (UBA), Corriente Clasista y Combativa, HIJOS, PC-MST en Izquierda Unida, PCR, PO, PTS, PSA, entre otras organizaciones sociales y de la izquierda.
19 Hs. Plaza Italia